Con propuestas que integran sostenibilidad, tecnología y cultura científica desde una mirada pedagógica, las futuras profesoras de la mención en Matemáticas y Ciencias culminaron el semestre con una feria de proyectos que busca transformar la enseñanza de las ciencias desde el aula escolar.
Estudiantes de Pedagogía en Educación General Básica lideran innovadores proyectos científicos con enfoque sustentable y de género
Por Camila Vásquez
Bajo la guía del profesor Francisco Cerda y en el marco del Proyecto de Integración de Asignaturas, que une los cursos Geometría de la Naturaleza y Proyecto de Integración, estudiantes de quinto año de Pedagogía en Educación General Básica presentaron seis propuestas pedagógicas multidisciplinarias que vinculan ciencia, tecnología, medioambiente y educación.
La exposición final, realizada en formato de feria científica, fue el resultado de un proceso formativo que invitó a las futuras docentes a diseñar y aplicar investigaciones aplicables al contexto escolar, especialmente pensadas para estudiantes de primero a sexto básico.
Los trabajos se estructuraron en torno al modelo STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), incorporando también una perspectiva de género al fomentar el acercamiento de niñas a las ciencias.
Ciencia con enfoque de género: seis proyectos para el aula
Entre los proyectos se encuentra la creación de un kit de emergencia escolar frente a catástrofes, desarrollado por Javiera Ramos, Constanza Vargas y Krishna Wormel, que propone una mochila adaptada al contexto escolar para fomentar una cultura preventiva desde la infancia.
El grupo conformado por Fernanda Cavieres, Daniela Gómez, Catalina Soto y Jade Vera trabajó en la propuesta “Sumergiéndonos en la naturaleza y la geometría a través de la realidad virtual”, una experiencia inmersiva que utiliza hologramas y realidad aumentada para enseñar contenidos de manera lúdica e interactiva.
Con una mirada hacia las ciencias de la tierra, el proyecto “Escala Mercalli y Red de Informantes”, desarrollado por Constanza Jiménez, Natalia Maya y Catalina Sepúlveda, propone una red de detección educativa que permite a las y los estudiantes comprender la intensidad de los sismos y su relación con el territorio.
La energía como motor de cambio fue abordada por Ivana Arévalo, Carla Núñez y Javiera Venegas, quienes elaboraron el proyecto “Energía solar fotovoltaica: una alternativa limpia y confiable para la generación de energía eléctrica a pequeña escala”, que promueve el uso de energías renovables en el aula mediante una secuencia didáctica aplicada a cursos de segundo ciclo.
Desde la sustentabilidad y la ecología, el equipo compuesto por María José Inostroza, Milena Maldonado y Claudia Senen investigó la existencia y funcionamiento de los Bosques Miyawaki presentes en la USACH. Su propuesta pedagógica apunta a replicar este tipo de microbosques urbanos con estudiantes, reforzando el cuidado del medio ambiente y el aprendizaje activo.
Finalmente, María José Jara, Valentina León y Katherine Torres dieron vida al proyecto “De la tradición a la ciencia: caracterización de plantas medicinales chilenas con potencial para infusiones sustentables”, que rescata saberes ancestrales y los vincula a aprendizajes interdisciplinarios de ciencias naturales, historia, lenguaje y matemáticas.
“Este curso fue una experiencia transformadora, porque nos permitió aplicar realmente la integración de asignaturas, no de manera forzada, sino con fluidez y sentido pedagógico”, comentó María José Inostroza, integrante del proyecto sobre Bosques Miyawaki.
Por su parte, Carla Núñez, del grupo de energía solar, destacó el desafío de traducir un concepto complejo a un lenguaje comprensible para niñas y niños: “Nuestro objetivo fue mostrar cómo la energía limpia puede ser abordada desde lo cotidiano, con una propuesta que motive a estudiantes a explorar, cuestionar y crear desde su realidad”.
Formación docente con compromiso social
El profesor Francisco Cerda valoró el compromiso y la creatividad de sus estudiantes: “Estoy muy impresionado con el nivel de involucramiento. Han vivido una verdadera experiencia investigativa y luego, con mucha dedicación, la tradujeron en propuestas didácticas ajustadas al nivel escolar. Lo más relevante es que muchas de ellas han asumido el desafío de acercar la ciencia a sus futuras alumnas, como una forma de reducir la brecha de género en este ámbito”.
Por su parte, Mathías Muñoz, coordinador docente de la carrera, destacó el valor de esta iniciativa: “Estamos frente a una generación de profesoras comprometidas con transformar la enseñanza de las ciencias desde una mirada crítica, pertinente y con sello de género. Son propuestas que enriquecen la formación docente y proyectan un impacto real en las aulas”.
La actividad también contó con la participación de la Unidad de Sostenibilidad de la USACH, que valoró la vinculación de estas temáticas con el entorno escolar y la conciencia medioambiental. “Es clave integrar la sostenibilidad en los procesos formativos desde etapas tempranas. Ver cómo las estudiantes lo incorporan en sus propuestas pedagógicas es muy esperanzador”, señaló Sebastián Jara Villalobos, encargado de comunicaciones de la unidad.
Con esta feria, las estudiantes no solo cerraron un ciclo formativo, sino que reafirmaron su rol como futuras educadoras capaces de liderar procesos de cambio, inspirar vocaciones científicas y construir aprendizajes significativos desde la colaboración y el compromiso social.
