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Dra. Constanza Herrera y Dr. Jaime Retamal sobre inclusión educativa: “La Formación Inicial Docente tiene un déficit importante en cuanto a esta dimensión pedagógica”

Nota Dispraxia

  • Los académicos del Departamento de Educación reflexionaron sobre los problemas existentes en la materia, el rol y la deuda que existe en la academia al respecto.

Por César Calquín

Los investigadores fueron invitados a hablar sobre inclusión en la educación por la organización Dispraxia Verbal Chile, grupo que busca concientizar sobre la Apraxia del Habla Infantil (AHI), un trastorno del habla de tipo neurológico dirigido a familiares de menores en esta condición y profesionales tratantes.

 “Invitamos diversos expertos para que abordaran desde distintas áreas sobre esta condición del neurodesarrollo y nos pareció que el tema de la inclusión de niños con habla limitada en el sistema escolar es un tema clave”, señaló María S. Carlini, administradora de Dispraxia Verbal Chile, junto a Paz Moreira.

“Ambos son profesionales con una valiosa formación y trayectoria; Jaime Retamal tiene una experiencia como consultor en materia de políticas públicas y Constanza Herrera en el área de formación de profesores. Ambos aspectos son fundamentales porque la AHI no existe como política pública. Por ejemplo, no está mencionada en el Decreto 170, que regula las necesidades especiales en los Programas de Integración Escolar, ni tampoco se adecúa al Decreto 1300, que regula programas de estudios en las escuelas de lenguaje”, agregó Carlini.

La inclusión en la escuela

En la conversación, los académicos fueron consultados sobre las dificultades que podrían enfrentar los padres en la búsqueda de colegios para sus hijos. En ese sentido, la Dra. Herrera, experta en inclusión, sostuvo que los proyectos de los colegios no necesariamente contribuyen a la inclusión de todos los estudiantes.

“Muchos colegios replican lógicas tradicionales de enseñanza de la educación especial, versus otros que se han transformado en verdaderos núcleos de trabajo e innovación de las escuelas. Bajo ese mismo proyecto o rótulo pueden existir proyectos que tienden a mantener a los estudiantes en una situación de un ‘estudiante especial’, que atendemos con apoyos especiales fuera del aula exclusivamente y donde no haya un trabajo colaborativo entre los distintos profesores y profesionales. En cambio, hay escuelas que han tomado estos recursos y se han apropiado de estos proyectos para tratar de pensar de una forma distinta un aula que sea acogedora para todos donde consideremos la amplia diversidad de sus estudiantes”, dijo la Dra. Herrera.

Mientras que el Dr. Retamal señaló que lo importante es darse cuenta que no porque los colegios tengan un Proyecto de Integración Escolar van a tener lógicas de inclusión.

“A veces el Programa de Integración Escolar (PIE) es una barrera que individualiza a los estudiantes, que segrega y que produce una pérdida de participación. Por eso, es importante que al momento de conocer la escuela se aprenda si tiene buenas prácticas y estrategias que fomente la participación de la diferencia, ahí se dirá que tiene un buen proyecto de integración. Si ve una escuela donde se puede evidenciar la cooperación de los estudiantes, el poder de los pares, vamos a entender que es una buena escuela con una buena lógica de integración y si podemos preguntar por la formación inicial de los docentes y si éstos reciben formación continua sobre este tema”, dijo el Dr. Retamal.

Una deuda en la Formación Inicial Docente

Por otra parte, los académicos sostuvieron que uno de los puntos importantes en la formación inicial docente es precisamente la capacitación que tienen los profesores y futuros profesores en materia de inclusión. En ese sentido, ambos profesores sostienen que existe una deuda gigante en la academia.

“Lamentablemente la Formación Inicial Docente en Chile tiene un déficit importante en cuanto a estas dimensiones pedagógicas que el sistema escolar no promueve. El sistema promueve la competición, el razonamiento lógico, la comprensión lectora, cierto tipo de razonamiento científico, pero no promueve la participación, colaboración, inclusión, la vida democrática, la convivencia escolar”, dijo el Dr. Retamal.

Esto se replica en la formación inicial docente. Durante más de una década ha sido muy importante la formación disciplinaria de los docentes, más que la formación en las lógicas de inclusión, democracias, de cooperación, de innovación, de creación. Es más importante que el docente sepa de matemáticas y lenguaje a que el docente tenga incorporada una filosofía, cultura, una formación en estas dimensiones.

“En las universidades tenemos que hacer un mea culpa respecto a la Formación Inicial Docente y respecto a los profesores que estamos enviando al sistema escolar, porque van con un déficit importante en lo que se refiere a esta dimensión. Cuesta mucho hacer entender a las burocracias institucionales que estas dimensiones son realmente importantes y significan un paso definitivo en lo que es el desarrollo humano y en el crecimiento individual por una justicia educativa más en serio”, agregó Retamal.

Mientras que la Dra. Herrera señaló que para lograr que en las academias se puedan comenzar a tratar temas de inclusión, es preciso transformar los planes de formación. Además, sostuvo que es un área donde existen muchas posibilidades de seguir trabajando, no solo en las universidades, sino en la escuela.

“La inclusión ni siquiera era tema en la formación de profesores, ni en las universidades. Hoy ha habido un avance, existe conciencia de que hay un problema. Este es un gran tema en la formación de profesores, sin embargo, hemos tenido escasas habilidades de poder responder, pero para hacerlo no sacamos nada con tener unos cursos de inclusión o un módulo, necesitamos repensar la formación desde esa lógica y eso tiene varias dificultades; implica que quienes estamos inmersos en las universidades tengamos esa perspectiva y nos podamos comprometer”, dijo la experta.

Y agregó: “Se necesita tener una formación que transversalmente logre instalar esta perspectiva en la formación de profesores. Se necesita un plan de formación que tenga una perspectiva inclusiva, que tiene instancias de formación concreta sobre temas de inclusión, diversificación del aprendizaje, de flexibilización del currículum. En las universidades estamos al debe en tener una visión en común. Pensamos que la formación de profesores debe ser inclusiva, porque así lo pensamos en la escuela. Es un reto de mirarnos sobre cómo estamos pensando la formación de profesores. Y necesitamos avanzar desde una formación más teórica en la inclusión, desde entender lo que es, que ya es un reto, a una formación que articule lo teórico con lo práctico”.

Fuente: Conversatorio Dispraxia Verbal Chile

Transcripción: César Calquín

Redacción: César Calquín

Edición: Camila Vásquez.

Foto: Pantallazo Conversatorio Dispraxia Verbal Chile